Se acerca la temporada de baño y si quieres disfrutar de momentos únicos de diversión y relax en el agua, debes preparar la piscina para tenerla en perfectas condiciones.
Los expertos en el tratamiento del agua y el mantenimiento de la piscina recomiendan ser precavidos y realizar este proceso de la puesta a punto de la piscina durante la primavera.
De este modo, podrás disfrutar de la piscina nada más empezar la temporada de baño. A primera vista, este procedimiento puede parecer costoso pero si has decidido hibernar tu piscina, no te alarmes que el proceso será de lo más sencillo.
Si eres de los que prefiere nadar en la piscina en lugar en la playa, empieza ya la puesta a punto de tu piscina para el verano.
En este artículo explicaremos cómo poner a punto de la piscina en verano para ir preparando la piscina y conseguir que esté en óptimas condiciones después de una temporada con la piscina invernada.
Pasos para la puesta a punto de la piscina para el verano
Aunque durante los meses de calor el mantenimiento es regular, la puesta a punto de la piscina para el verano es el punto de partida imprescindible para ello.
Si no adecuamos el agua antes de empezar a utilizarla, los cuidados que le dispensemos después no serán todo lo efectivo que deberían. Esto es algo que repercute también en nuestra salud.
Sigue estos pasos para preparar tu piscina para el verano:
Retirar y limpiar la cubierta
Retirar la cubierta de protección para piscinas que hemos usado durante el invierno es el primer paso que se debe realizar.
Pero no solo quitarla para poder realizar las labores de mantenimiento necesarias. Más bien, es momento de limpiarla a fondo para eliminar todos los restos que el invierno haya podido dejar en ella.
Lo ideal es emplear un cepillo de piscina y agua jabonosa. Después de limpiarla, es importante que seque extendida al aire libre. Este aspecto es primordial para evitar que se acumule la humedad.
Lejos de almacenarla hasta el próximo verano, es recomendable continuar utilizándola. Gracias a ella, no solo el agua podrá mantenerse limpia, sino que evitará la evaporación cuando los días de calor empiecen a ser lo habitual.
Comprobar el estado de los accesorios sumergidos
Antes de sanear el agua, es importante que limpiemos todo lo que está sumergida en ella, cestos, skimmer, rejillas, incluso escaleras que pueden haber sido objetos de hongos y algas.
De ahí que lo ideal es que eliminemos cualquier rastro de ellos, de hojas o de moho antes de desinfectar el agua.
Esta tarea es perfecta para detectar si todo está en el estado que corresponde. En caso de que no, poder cambiar las piezas necesarias o asegurarlas, como suele suceder con las escalerillas de la piscina.
Revisar el sistema de filtración
Como consecuencia de la quietud del agua durante el invierno, es posible que nuestro sistema de filtración se haya visto comprometido.
Por un lado si es metálico, se tiene que revisar si hay óxido en la instalación y eliminarlo.
Además, lo más recomendable es aplicar posteriormente una pintura antioxidante para mantener correctamente su estructura.
También es más probable que el filtro cuente con una acumulación de cal que también se tiene que retirar raspando.
En caso de que el sistema de filtrado de nuestra piscina sea de arena, se debe prestar atención al filtrante de sílex y reponerlo.
No estaría mal revisar el estado de la arena y reponerla en caso de que sea necesario (esta operación no hay que realizarla todos los años).
Limpiar el fondo
Eliminar la mayor cantidad de suciedad posible antes de tratar el agua es clave importante en la puesta a punto de la piscina para el verano. Es por ello, que tendremos que emplearnos a fondo con el suelo.
Un lugar en el que tiende a acumularse todo aquello que cae en la piscina como consecuencia del invierno.
Comprobar el buen estado de la instalación eléctrica
Es importante hacer un test para comprobar si todos los dispositivos de iluminación subacuática funcionan correctamente así como las cajas de conexiones.
En ocasiones, las heladas invernales pueden estropearlas y es necesario revisar que estén en perfecto estado.
Eliminar la suciedad del agua en superficie
Después de limpiar la suciedad del fondo, lo ideal es que, tras el paso anterior de la puesta a punto de la piscina para el verano, aprovechar para pasar él recoge hojas a la superficie.
Ya que gracias a él, no solo eliminará las hojas sino también toda clase de suciedad que se haya podido levantar del fondo.
Limpiar las paredes de la piscina
Al igual que ocurre con los accesorios de piscina sumergidos, las paredes también acusan los efectos del invierno. Por más sucias que puedan estar, tendremos que olvidarnos de cualquier tratamiento agresivo.
Lo correcto para limpiarlas es usar un cepillo para piscinas o, para la suciedad más resistente, una pistola de presión o de agua.
Rellenar de agua
Para que la labor de saneamiento sea la correcta, tienes que rellenar la piscina hasta su nivel óptimo de agua.
De esta manera, las proporciones de los productos de limpieza de piscinas que utilices estarán cumpliendo con su papel de conseguir nuevamente el equilibrio de los parámetros del agua.
Sanear el agua
Muchos piensan que este paso debe ser el primero, pero lamentablemente no es así, hay que dejarlo para el final. Es momento de prestarle atención al agua, empezando por la aplicación del cloro.
Lo ideal es que optemos por un cloro de acción rápida. Uno que, ya sea en pastillas o granulado, ofrezca en su formulación la posibilidad de combatir contra las algas, hongos y bacterias. De esta manera, con una sola aplicación, estarás cubriendo todas las necesidades de limpieza del agua.
En caso que elijas un cloro con floculantes para piscina, estarás permitiendo que el agua se mantenga clara. Los filtros no pueden retener las sustancias de pequeño tamaño, como pueden ser las sales o las algas.
¿Cómo aplicar el cloro en la piscina? Lo correcto es aplicar el cloro en torno al perímetro de la piscina. Una vez hecho esto, se tiene que dejar la depuradora funcionando durante 12 horas.
En caso que haya exceso de cloro, deja reposar el agua y vuelve a medir los valores pasadas unas horas.
Pero si nuestra piscina es salina, en lugar de cloro debes aplicar sal. Gracias al clorador de este tipo de piscinas, la convertirá en un potente desinfectante.
Analizar el pH de la piscina
El último paso pero no menos importante para la puesta en marcha de la piscina para el verano y para poder disfrutarla con seguridad es analizar el pH de la piscina. Conocer el pH de la piscina es importante para cualquier mantenimiento que se realice. Ya que de él dependen los diferentes tratamientos que aplique al agua.
Un pH óptimo debe estar siempre entre 7,2 y 7,6. Si el pH está por encima de esos valores, se tiene que utilizar un producto reductor de cloro. En caso de que esté por debajo, tan solo se tiene que añadir un poco más de este químico.